El grave problema que manifiestan los propietarios de perros agresivos, cuando observan esta tendencia en el comportamiento de su perro, es que no lo coincidieran realmente un problema, comenzado a tomar medidas preventivas apartando al animal de distintas situaciones, lo cual empeora día a día su comportamiento, hasta que sucede lo peor, es decir que el perro muerde.

El primer paso para poder coexistir con este tipo de conductas lo es, ante todo, el hecho de concientizarnos de que la agresividad en los perros es un comportamiento totalmente normal y de gran importancia para la supervivencia y el mantenimiento de la especie.

Esta falta de entendimiento por parte de las personas, genera en las mismas, un sentimiento de gran frustración, decepción e impotencia, lo que termina generando un nivel de energía muy inestable para poder controlar y transmitir calma y control sobre su mascota. 

De esta forma, los animales logran cazar, luchar con otros congéneres para poder reproducirse, proteger a sus crías, encontrar y mantener en dominio mejores territorios, que sean más ricos en recursos y seguros. 

Por lo antedicho se desprenden diferentes tipos de agresividades entre las que podemos encontrar:

  • Agresión posesiva, muy similar a la agresión territorial en la cual el animal se torna posesivo frente a diferentes objetos, como por ejemplo: una pelota, hueso, e incluso alimento.
  • Agresión territorial, es típica de un perro que se encuentra en su territorio, en el cual se siente seguro y conoce muy bien.
  • Agresión maternal, se manifiesta cuando una madre protege a sus cachorros frente a la presencia de una potencial amenaza.
  • Agresión por temor, un perro miedoso e inseguro, puede llegar a atacar frente a la presencia de algo que no está pudiendo evitar como instinto normal de supervivencia. 
  • Agresión predatoria, frecuente de observar en los animales que son cazadores, los cuales suelen reaccionar frente a la presencia de un estímulo en movimiento.
  • Agresión dominante, se observa en animales que desde su nacimiento manifiestan con gran intensidad sus intenciones de liderazgo en cuanto a su estatus social.

Cualquier tipo de agresión de las que estamos hablando es normal que las observemos en los perros, pero hay una franja y límite, en el cual ese comportamiento puede pasar de ser viable con la convivencia o no.

Si bien existen razas que a nivel social o de prensa se tildan de agresivas, en realidad cualquier perro,  más allá de si pertenece a una raza o no, presenta este tipo de tendencias ya que son naturales de su especie.

Es aconsejable para evitar que estos comportamientos se manifiesten de manera intensa y problemática, brindarle a tu perro un estilo de vida que sea activo y dinámico, con gasto diario de energía, disciplina, contacto social, sin agresiones ni malos tratos, evitando promover y alentar este tipo de comportamientos, siendo también de gran importancia la energía que proyecta su propietario, manada, o lo que es lo mismo, la familia a la que pertenece.

Un denominador común que vengo observando en estos 14 años que llevo trabajando junto a diferentes situaciones familiares, es el hecho de que los peores trastornos en el comportamiento de los perros, tienen un denominador común que es, dueños demasiado emocionales, permisivos, compasivos y sobreprotectores, sumado a un estilo de vida sin el gasto diario de energía que es necesario para su perro.

Sin lugar a dudas que tener un perro requiere y conlleva tener tiempo para dedicarle ya que el abandono, es decir cuando una persona termina simplemente dandole de comer, es que comienzan los problemas evitables.